De forma genérica, las construcciones más significativas y de mayor antigüedad que se conservan en Arafo, tienen una clara vinculación económica con el campo, como la que nos ocupa , vinculada a la familia que se considera fundadora del municipio. La fecha aproximada de su construcción , consultados datos históricos, se establece a finales del siglo XVI, incluyéndola dentro de la arquitectura doméstica tradicional y presentando un elemento arquitectónico que lo singulariza : un torreón que era utilizado por los dueños de la hacienda para vigilar sus posesiones. Esta casa en su inicio era una sola posesión con lo que correspondería lo anteriormente citado con los nº 2 y 4 de la Segunda transversal de la Calle Santiago Cuadrado. 

Se trata de una casa rústica de dos plantas , suelos y techos de tea, cubierta a cuatro aguas de teja árabe, presentando un elemento arquitectónico singular que la diferencia del resto de las construcciones de la zona, como es un torreón de planta cuadrada irregular, que era utilizado por los dueños de la hacienda para vigilar la costa de posibles ataques piratas, así como sus numerosas posesiones. Existen en la propiedad además dos lagares de tea, bodegas, pajares, graneros, era, horno, venero y aljibes, como corresponde a una arquitectura rústica. “Este inmueble es uno de los más valiosos del municipio , sobre todo por el elemento arquitectónico que lo singulariza entre otras viviendas de la zona :un torreón (...)”(1).

Reseña histórica:

Morada de los fundadores del municipio. En esta casa vivió Tristán Báez y Catalina Núñez, considerados junto a sus hijos, como fundadores del municipio. Su hijo Diego Núñez, clérigo presbítero, fue el primer sacerdote que vivió en Arafo , nacido a finales del siglo XVI. Su abuelo paterno, el conquistador Juan Báez, que casó con María Hernández. Se le conoció indistintamente como Diego Núñez o Diego Báez. Heredó de sus padres numerosos bienes en el municipio. Dada su privilegiada posición económica y social, su casa, que nos ocupa, es probable que sirviera de alojamiento de cuantas personalidades religiosas se acercasen hasta el municipio. De los datos históricos recogidos por el escribano Sancho de Urtarte, recogen como al finalizar la contienda , Juan Núñez solicita al Adelantado “una data “ de terrenos con aguas de naciente. La importancia de la influencia de la familia Núñez en la historia de este municipio se plasma en los colores blasonados del Escudo Heráldico y Pendón del municipio. También han morado en ella, otros personajes ilustres de importancia en la vida local, como Fray Anselmo Núñez (1883-1911),el alcalde Antonio Juan Rodríguez Coello(1894-1970) y Víctor Servilio Pérez Rodríguez, primer cronista oficial de la Villa e hijo predilecto de la misma. A comienzos del siglo XX, este inmueble fue segregado, por deseo testamentario de Dña María Magdalena Núñez Marrero, entre sus dos sobrinos, correspondiendo una mitad a Luis Núñez Marrero y la otra a Manuel Núñez Delgado y que se mantiene en la actualidad, por lo que la posesión del inmueble es dual.