Los lavaderos de Vilaflor, como los de otros pueblos de nuestra isla, permitían a las vecinas lavar la ropa, en una época en la que no muchos podían permitirse tener un aljibe en casa para esta y otras labores. Eran también un lugar de encuentro ya que  durante la labor circulaban las noticias del pueblo, conformándolo como un lugar de la historia social del municipio.

 

Situado en una pequeña fuente, está formado por una serie de pilas de basalto de unos cinco metros de largo, atravesadas por un pequeño canal en forma de cruz por el que se distribuía el agua. La evolución histórica de este importante elemento patrimonial va dando respuesta a las necesidades de sus gentes en distintas épocas, por ejemplo, construyéndose un techo así como mejorando las pilas y la canalización hacia 1936. Fue rehabilitado en 2005 para recuerdo de sus vecinos y disfrute del visitante que se quiera adentrar en nuestra historia.